El gran problema de la
robótica siempre ha sido el desplazamiento. Hacer un robot capaz de
desplazarse por cualquier superficie resultaba muy costoso. Sobre
superficies mas o menos lisas era fácil salvar ese obstáculo
utilizando la rueda, pero no era suficiente por lo que había que
crear robots con patas.
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Con motores
eléctricos y sistemas hidráulicos se llegaba a una mala solución los
robots eran muy pesados, consumían mucha energía y era muy difícil
de gestionar su control. Además, el mantenimiento era muy costoso.
Esto se soluciona gracias a los metales de nueva generación. Los
denominados SMA (Shape memory alloys) o Aleaciones con memoria de
forma, revolucionaron no solo el mundo aeroespacial sino que
aportaron soluciones a otros campos. |
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En 1962, el laboratorio
naval de la Armada Estadounidense descubrió, por azar, las
capacidades de una extraña aleación de Niquel y Titanio (Nitinol).
Estas superaleaciones comenzaron a dar sus frutos en los años 80.
Estos materiales generalmente son flexibles a baja temperatura pero
cambian de forma, siempre la misma, con el calor. Además, su proceso
es reversible. Estos materiales pueden soportar millones de
tensiones sin quebrarse
agotarse.
¿Cómo es posible? El proceso de creación de estas aleaciones es
complejo. Estos materiales tienen una ‘Memoria latente’ y se puede
definir no sólo la forma deseada sino también la temperatura a la
que ‘recuerda’ su forma. Esto es lo que simplifica de gran manera
las estructuras de los robots.
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Podríamos crear robots que se moviesen como
humanos de una manera muy simple. Sólo necesitaríamos un
esqueleto de metal y suplir cada uno de los músculos por un
hilo de este material. Su gestión sería tan simple como enviar
electricidad al ‘músculo’ a mover, que es lo que hace el
cerebro humano. Con una tarjeta de entrada/salida y un
programa en lenguaje ensamblador, |
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podríamos dar toda la combinación
de órdenes que se nos antojase.
El gran problema es el
precio de este material aunque las fusiones cuya base es el
cobre, a pesar de no ser tan buenas como las des nitinol son
suficientes para muchas aplicaciones y son mucho más baratas.
Además, al suplir los sistemas hidráulicos y motores
eléctricos antiguos por estructuras de nitinol ganamos en
velocidad de reacción sin restar nada de fuerza a la
máquina.
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